miércoles, mayo 16, 2012

Juego Indignante

‎"Hace tiempo un chabón me contó que el juego más hermoso que jamás haya creado el hombre, nació con la cabeza de un soldado degollado. Y obvio, con la patada llena de rabia que le dio un soldado enemigo. El primer gol, no oficial por supuesto, se decretó al pasar la cabeza por dentro de dos árboles. ¡Pero eso es terrible boludo! – le dije. Depende. - me contestó. Terrible para el arquero. Pero para el delantero... fue la gloria."


Estamos mamados de esta hija de puta guerra que el día de mañana se va a meter por entre los dinteles de las puertas, estamos todos lo que vivimos aquí dentro mamados de esta puta guerra sin sentido, sin cuartel y sin ejércitos, sin justicia, ni empresa, ni defensa, sin humanidad ni contexto, estamos mamados todos quienes de piel para dentro me gritan que están mamados de esta puta ciudad de guerra y turismo, de hipocresía y descontrol, estamos mamados de ser perseguidos por fumar hierba, mamados de ser asesinados por la autoridad, despedazados por la resistencia, no somos ni de izquierda ni de derecha, somos los de abajo y vamos por los de arriba, porque estamos .P.U.T.A.M.E.N.T.E. mamados de tener que vivir cada día en la zozobra de una ciudad gris que se torna naranja y rojo violento, aguado y desparramante, estamos mamados de 800 años de la misma historia, mamados de comer balas y beber sangre refugiados sin opción en el frío asfalto y la negra hambruna, estamos mamados de tener que luchar en esta puta guerra que no le pertenece a nadie!!

Bombas, balas, comercio, dinero, control, poder, protesta, pueblo, sangre, muerte y nunca libertad... !!!

martes, mayo 15, 2012

Lleno de estrellas

Una mañana fría y nebulosa los pulmones de Carlitos sencillamente no resistieron más. Cuando el sol quiso salir pero la niebla no le dio permiso se levanto la casa a gritos al descubrirle muerto en la bañera, desnudo y descualquierado, en esa pose inconfundible que sólo puede adaptar un cadáver recién muerto, con sus extremidades dobladas en ángulos imposibles y una aparente flexibilidad fláccida y fofa, su madre le levantó llorando zacudiéndole como a un saco sin efecto alguno diferente al de empeorar lo denso de la situación, el aire frío de la muerte se apoderó de todas las paredes, y una tonalidad violácea se fermentó prolongadamente por todo el aire de la casa, y mientras todos los planes cotidianos se transformaban en un evento imprevisto y triste, Carlitos abandonaba la vida con el recuerdo más hermoso de toda la existencia en su cabeza como última imagen y realización total de sus expectativas de sentirse vivo.
Tres horas después de que murió, ya en la clínica, donde llegó irremediablemente muerto, le explicaron a su madre lo que había sucedido, su hijo era un fumador imparable y desconsiderado y tan adicto a cualquier novedad psicoactiva que no había otra cosa que pensar que se había propuesto hacer lo necesario para que su paso en esta vida fuera corto, y efectivamente lo logró, su madre desconcertada lloraba de rabia viendo las naranjas que le nacieron de un manzano, lloraba de tristeza de enterarse de su naturaleza cuando ya estaba semitieso en una morgue de hospital.

Carlitos la noche anterior estuvo en un plan que sorprendería el pronóstico de lo que su madre imaginó al recibir las noticias del hospital, que serían perfectamente acertados para cualquiera de las noches anteriores a la última, pero la última fue diferente, este hombrecillo despiadado e infeliz conoció en una sola persona todo el universo y todas las sensaciones experimentables en todos los niveles de constitución de un ser humano, realmente también contrario incluso al diagnostico médico-científico del deceso, su muerte no fue ocasionada más que por el cumplimiento de su ciclo vital, era un hombre joven y murió como tal, porque su destino era ser joven siempre que estuviese vivo.

El velorio y el entierro fueron una cosa modesta y normal, la familia no tenía dinero para el pan diario, que era el alimento al que su dieta habíase reducido, puesto que era el único al que su economía les permitía acceder tres veces al día, luego obviamente, no había recursos para gastar en parafernalias y adornos que finalmente iban a parar a un hoyo tres metros de profundo, la tristeza fue la única novedad, de resto todo se desarrollaba en el nuevo "orden" habitual de la rutina acomodándose a la ausencia de Carlitos, su madre limpió y organizó su habitación, y dejo todo perfectamente en su lugar. Y haciendo esto encontró un papel estrecho atiborrado de letras minúsculas que aparentaban un asunto importante.

"Hoy es un día excelente a pesar de que todo me sale al revés, madrugo 4:15, me baño, no hay luz, agua delicada y salvajemente fría, que digo fría, heladísima, sin embargo eso me cura el frío de una vez y a pesar del clima me traigo ropa ligera, clase de 7:00 cancelada por alguna razón estúpida que encubre las soluciones abruptas de una escuela privada que no da abasto con sus estudiantes ni carreras, pero sigue reclutando gente puesto que alcanza buena fama por estos días, ha contado con la suerte de que gente talentosa haya pasado por sus filas, y hoy una vez más una de sus desfachateces con dos horas perdidas en un bus, y cuatro perdidas de esta clase cancelada, camino por la mañana recibiendo amablemente el sol que sorpresivamente se acomoda a mi ropa ligera tendré al menos tres horas de descanso, camino por la zona tranquilamente, hablo con amigos, fumo lo de siempre, canto mis canciones y continúo caminando, se atraviesa en el cielo un nubarrón, desaparece por minutos al gran sol, y aunque todos reniegan, y el viento frío que se afana entre las calles se enrolla en cada hueso y pone a temblar al más gordo y abrigado, yo sonrío y lo veo como la genial excusa del café de la mañana, un cigarro y me quedo viendo la realidad entristecida por el azul de mis lentes Lennon que me regaló esa pretendiente a quien nunca le puse atención, mientras un maestro pasa fumando tabaco, caminando suavemente apoyado en su bastón y con su voz ronca me dice: -Bohemio! Y se saca el sombrero saludándome, a mi me sorprende que un hombre tan viejo camine de una forma tan temeraria frente al viento tan frío que se esta resbalando de los montes.
Cuando el cigarro termina de consumirse aun queda el último trago de café para asesinar momentáneamente el sabor a ceniza cruel que los cigarrillos rojos le dejan a uno entre la comisura de los labios y el paladar, haciendo horas por las calles el sol vuelve a alumbrar, esta vez en el cenit del cielo y se acerca la hora que espero, y mi corazón palpita suave pero insistentemente, un tono debe sonar para que todo esto estalle, pero forjarme la paciencia es una de las obsesiones del cosmos conmigo, llegó la hora de irse a responsabilizar con el entorno, y llegando a las oficinas huelo en el aire la complicidad del día con la inestabilidad de mi tiempo, no debo trabajar! Y es entonces cuando libre sigo en el mismo rollo de siempre, pero hoy esperando una llamada sutil que plantee un algo diferente, continuo en la retórica vagabunda de acompañar a quien esta acompañado y la soledad bella, silenciosa y tranquila timbra al celular, a mi celular, contesto con voz idiota y confundida, eh esperado cada segundo su llamada y al contestarle no reconozco su voz (y es algo obvio puesto que jamás antes le había escuchado), sin embargo consciente del irreconocimiento supongo y asumo que la señal de su llamada me ha encontrado, y desaparezco para encontrarme con ella, con esa voz desconocida, con esa imagen que hasta ahora sólo tenía dos dimensiones y una inmovilidad eterna que le sacaba de dentro la personalidad, caminé afanosamente entre las angostas calles, avancé concentrado y con rumbo fijo, doble esquinas, atravesé avenidas, crucé al laberinto de cables elevados que propone esta ciudad cada que se levanta la mirada, y en la última calle, larga y recta, discerní su imagen difusa al final de la calzada izquierda, tan pequeña y pueril, otro de mis rojos cigarrillos coqueteaba entre mis dedos mientras yo caminaba cada vez más nervioso para encontrarme con ella, Maryury, tanto que nos habíamos querido encontrar y hasta hoy ella hizo lo necesario para que las cosas pasaran, ese mismo hecho me llevaba sintiéndome algo cobarde, y antes de verle su rostro tan blanco y misterioso alguien llamó desde un tercer o más alto piso a un tocayo mío: -Carlos! escuché firmemente, y al voltear super que no era para mi, todo esto fue una patraña del destino, en ese momento al voltear de nuevo esperando ver la cara de mi desde ahora acompañante, la liga que sostenía mi cabello se reventó, ocasionando un balanceo capilar como de película holivudense, y la cara que ella puso al verme fue como de incertidumbre, mezclada con placer estético y vergüenza ajena, yo no podía hacer nada así que complete la absurda escena devolviendome por la liga perdida y en eso dejé rodar un par de metros los chocolates que para ella había preparado, y como la pendejada era tanta, me levanté con mi mejor sonrisa como diciéndole: -si soy un tonto pero me alegra mucho verte!
Al encontrarnos nos saludamos casi en silencio, no se si porque debía ser así o si la para mi ridícula escena había ocasionado esa consecuencia, pero no fue incómodo sino al contrario bastante amable, su rostro mantenía una sonrisa suavecita entre los labios, y sus ojos se hacían chicos evitando el exceso de luz, luego vio el camino al frente y sin hablar nos fuimos alejando de las avenidas principales y adentrándonos en el bosque que sobrevive adentro de esta pequeña gran ciudad, caminamos en sus ruinas sin rumbo, y en ese recorrido encontramos la posibilidad de comer, hablar, mirarnos, preguntarnos, silenciarnos, desearnos, comunicarnos mentalmente, compartir, fuimos caminando hasta que las calles de la ciudad perdieron su nomenclatura y la oscuridad y los grandes árboles señalaban que a partir de ese punto iniciaba el territorio de su jurisdicción, y como niños aventureros nos tomamos las manos en la obscuridad y emprendimos un camino a ciegas hacia la parte más alta de la cuesta, donde lo único visualmente perceptible era un tapete de estrellas que escapaba de los gases y la excesiva iluminación de la ciudad.
Caminamos sin soltarnos entre suelos inciertos y punzantes, nos cortamos y sufrimos caminando, hablamos poco, pero nuestra comunicación tácita era más fuerte que nunca, ambos queríamos como fuera llegar al techo de esa cumbre que nos retaba a cada vez que mirábamos su silueta obscura contrastando suavemente con la noche, y pensando en un objetivo, que más que la cumbre radicaba en compartir juntos y sólo para los dos ese espacio intimo en la cima de lo público, estar allí propiciándonos mutuamente el calor que no nos dejaría morir en medio del frío capitalino a dosmilsecientos metros sobre el nivel del mar, que parecen diezmil últimamente porque la temperatura ha descendido mucho, finalmente cuando conquistamos la cuesta disfrutamos de todas las expectativas sobrepasadas en su cumplimiento, la vista increíble nos llenaba los pulmones de una tenacidad y poder inigualables, nos sentíamos frescos y victoriosos, y me atrevo a asegurarlo porque nuestros corazones latieron al unisono durante todo el tiempo que estuvimos allí, nos abrazamos al subir, y aunque nunca antes nos habíamos visto ni oído nuestra voz, si habíamos conocido por dentro nuestras mentes, y nos dejamos ir como por capricho sin voluntad tejiendo en un beso pasmoso y suave, húmedo y pueril, era un beso de triunfo, más allá del placer, el compromiso, el gusto o el amor, era un beso circunstancial producto de la victoria y el unísono de nuestros corazones palpitantes, sin embargo en cuanto nuestros labios se tocaron, el unísono recupero su ambigüedad para latir juntos en una armonía orgánica y sentida, cada vez más fuerte, y con nuestros latidos el carácter pueril de ese beso fue destiñéndose en el aire, y su significante de trofeo por la travesía a la que nos había llevado escapar de la ciudad se hacía difuso entre nuestra respiración silenciada por los vientos altos de la montaña, brillaban miles de estrellas y una luna sonriente que nos daba la seguridad de continuar despiertos, de no haber caído en un sueño profundo e irreal. Palpé su blanca piel con una respetuosa sensualidad, me perdí entre su corto cabello color penumbra, entre su aroma a flores y sangre, nos fundimos en un abrazo tan fuerte y óptimo en ese nuestro primer, largo y único beso.

No se como terminamos separados, pero así fue, ambos con esa sensación inquietante en el corazón, yo en especial sentía que la noche rebosaba mi interior, y las estrellas corrían a mil por entre mis venas, la luna se me marcaba en la piel, y yo no me sacaba de la cabeza a ese enrome Mar, Mar, Mar - yury.. era mi inmensidad, habíase convertido en mi inmensidad, esa infinitud que abrió las puertas del vacío a la eternidad.

Ahora sólo puedo decir que luego de tanto y tan poco, PIENSO EN TI.

Son las 0:02, y procuraré no olvidarme nunca de que hoy sin querer me besaste, hundiste tu persona en mi, y en silencio y en secreto nos amamos."

Su madre, guardo con cariño el papel, enterándose de la buena pluma de su hijo, de su gran amor, de su aventura incongruente con el diagnóstico médico de su última noche, pero creyendo más en la historia que ahora tomaba como suya para recuerdo de su primogénito perdido entre las inciertas aguas del amor, dejóse contagiar un instante, olvidando lo grisáceo de la negra muerte, de esta experiencia plena de sentirse lleno de estrellas  y atravesado de pasión.

Lucas Esteban Hernández
2012



















domingo, abril 15, 2012

.J.U.L.I.E.

Llegamos a casa a mediados de la madrugada, y él me preguntó por ella, por su novia, las razones por las que ambos habíamos terminado allí; entonces le expliqué todo.

Nuestro encuentro fue fruto de la pura casualidad, o como dirían algunos opositores de esta.. la causalidad, y no miento si digo que este término calcula más precisamente las razones por las cuales terminamos inhóspitamente ella y yo en ese lugar, todo empezó al salir de mi clase habitual de dicción los jueves por la noche; normalmente salgo del instituto, voy por un café, camino los pasos que dura un cigarrillo y tomo rumbo a casa, pero esa noche una voluntad inquebrantable me llevó por una senda más larga, menos estrecha, más iluminada y divertida, y yo que siempre tiendo al mal imaginaba en que sustancias pudieron suministrarle a mi café, pero esto era imposible, la cosa no venía del café, era una intención de mis sensación, sentíame feliz, como enamorado, como cuando hay alguien por quien uno sueña y dice, y escribe y dibuja y hace de todo aquello que nunca supo hacer, los colores fulguraban en la penumbra nocturna y atravesaban mis pupilas sin ninguna restricción, tan sensible a imágenes, sonidos, leves contactos táctiles, con el viento, la brisa y los aromas, y tan sensible a todo de repente caí en dos profundos ojos como volcanes en inactividad, profundos y ambiguos, aparentemente calmos, aparentemente quietos, pero tan llenos de fuego en su interior, con un caos en frágil tregua, y perdido en ellos detuve mis pies, abrí mi boca y palabras que no entendí convencieron aquellos ojos de mirarme fijamente, de seguir un camino diferente a los que ambos recorríamos y ahora común para los dos, más café apareció en el entorno, y su aroma nos activó una actitud hiperactiva, entonces dejándonos llevar por un instinto pueril, delicioso e inexplicable corrimos sin ninguna dirección hasta perdernos entre la penumbra citadina y el humo contaminante que hace que la ciudad gris sea más gris, yo no había olvidado esa sensación de bienestar y enamoramiento sutil que habíame invadido tras los primeros sorbos de café, y aun por mi cabeza pasaba la tremebunda idea de que estos ojos que corrían a mi lado contagiados de mi felicidad fueran productos de esa misma sensación, entonces me imaginé como un loco corriendo con la sonrisa hasta las orejas balbuceando palabras inteligibles y esa imagen ha sumido todas mis reflexiones en una olla densa e hirviente, entonces me detuve de golpe y le pregunté a esos ojos:

-Como te llamas?
-Julie; me respondió..

Y entonces percibí en ese nombre la misma profundidad peligrosa de sus ojos, me hacían recordar los ojos tristes de un amor pasado, pero quizá la sensación que experimentaba ahora tenía un sabor diferente, sin tanto miedo, más bien con una decisión reprimida, una decisión explosiva, tal vez mortal, y sintiendo el miedo que inspira el respeto a la naturaleza opté por no preguntar, pero la imagen de mi corriendo patológicamente sólo por las calles turbaba el ambiente, y mis ojos tan transparentes y faltos de ocultamiento dejaron ver una a una todas mis reflexiones sobre sus ojos y su nombre y ella quien no pierde un detalle de observación hizo lo que yo no hice.. preguntó:

- Ves en mis ojos algo familiar? Te gustan?

No le hallé respuesta inmediata a sus preguntas y deje que el silencio respondiera, entonces me levanté y con mi energía habitual, encendí un cigarrillo y retome el ritmo casual de mis pasos y ella suavemente camino conmigo, escuchando mi silencio, respirando el aroma de este hombre que huele a tabaco y café..

-La verdad me paralizas; dije súbitamente

Y empecé a pensar de nuevo en el momento y segundo exacto en el que caí dentro de sus ojos, consciente de que mi lenguaje corporal recibía una traducción simultánea de mis pensamientos y ella podía leer esta traducción, hablábamos en silencio, y con mi cuerpo le dije que aunque no sabía nada de ella, ni sus historias, ni sus gustos o pasiones, su imagen atraía mi ser como un hoyo negro poderosísimo, me absorbía y me dejaba perplejo, me dejaba atónito, como ante la hermosura misma, hecha carne, o en el horror hecho pupilas, iris y fuego. Pensé en todo esto con la esperanza de no decirlo, pero mis ojos, mi cuerpo, no pueden mentir, entonces pensé con la esperanza perdida de no decirlo.

Navegando la ciudad en silencio, como asimilando lo sucedido nos tomamos de un dedo y unimos nuestras preguntas etéreamente, nuestras respuestas tácitamente, se hacía bastante tarde y el frío nocturno aguzaba sus intenciones, y cada minuto que pasaba este atravesaba un poco más las fibras de nuestra ropa, luego de nuestra piel, y a medida que subía la luna llegaba despacio a nuestros huesos, entonces con los huesos huecos de frío tomamos camino a casa, a alguna casa.. fue un momento incómodo ya que pasar la noche en algún lugar seguro conllevaba una manera de pensar más racional..

-Podemos ir a casa de mi novio!

Exclamó como hallando una solución pertinente a mi preocupación, y no puedo negar que su propuesta cayo bien para mi, entonces emprendimos caminantes fijando el destino aquí..

Llegamos a casa a mediados de la madrugada, yo se que no le conozco hombre, ni a su novia, estamos aquí porque nos encontramos, estábamos perdidos y al vernos, nos hemos encontrado.



lunes, abril 09, 2012

-La rubia y mi amiga Bukowski-


Caminábamos por la ciudad de noche muy tarde, vagando, bebiendo, drogándonos como siempre, yo estaba con una chica quien cautivaba mi corazón pero daba muchos problemas, hacía que mi atención quisiera escaparse del presente y caer en una profunda alucinación fulgurante y rubia, y pensando en rubio le vi.. Una chica cuyo cabello recordaba historias caicedianas y también el amanecer amarillento de las ciudades en un día gris apareció de repente en el paisaje nocturno, estaba con una de mis mejores amigas en el plan de llorar por alguien quien le había roto el corazón, encontrándonos decidimos partir juntos en la misma dirección; eramos cuatro sombras errantes llenas de alcaloides, desespero y alcohol..

Mi espectro de la realidad se resumía a los reclamos inertes y vacios de mi acompañante y estar pendiente de esto me hacía perder la rápida actitud lenta de esta rubia quien utilizaba su tristeza para conquistar los labios de mi amiga, al principio fue una sospecha cuidadosa y sutil, pero con el tiempo percibí su actitud perseverante en lograr un lazo sensorial directo al corazón, a la pasión, el deseo, aprovechaba la noche fría para esto, luego de nuevo mi acompañante hizo que me perdiera el sonido húmedo de los besos despaciosos e inseguros que iniciaba esta cabalgata de placer prohibido entre dos mujeres quienes escondían algo avergonzadas su aventura entre el violeta matizado de la citadina noche; pero su energía sin embargo pude sentirla, pude sentir como vibraban sus corazones, sus manos temblaban, se mojaban desde dentro y empapadas continuaban caminando disimulando y reprimiendo el placer que las tenía a punto de explotar..
Yo percatado ya de esto, seguí mi camino pendiente de la pareja de atrás, y aunque mi compañera no paraba de hacer de la situación una sopa densa, yo ahora estaba concentrado en esa amalgama sutil de besos desprolijos y caricias clandestinas de mis amigas de atrás, constituía un pensamiento que se bailaba entre los celos y la excitación.

Luego de que la calle hubo desocupado sus avenidas y de que el peligro se alzara en rebeldía entre el asfalto y el sobrante de todo un día de smog decidimos tomar camino a casa, los cuatro tomamos un apretado bus en donde aprovecharon el reducido espacio para rozar sus cuerpos con un frenesí casi imperceptible, no se atrevían a poner en contacto su piel por miedo a explotar en un ambiente inadecuado, sólo podían describir sus cuerpos por encima de la tela, recorrer sus siluetas..entonces me di cuenta de que mi amiga había caído en la red de sus rubios encantos.

Y yo yacía atrapado allí en medio de una fantasía viva en mi mayor expresión de voyerista casual .

Aguantando los tres el desenlace de esta historia llegamos conectados en una excitación tácita a casa,
mi compañera seguía ciega y perdida en sus reclamaciones, cosa que se hizo presente durante todo el tiempo hacia atrás y hasta aquí en donde bifurcó su camino hacia su propia casa. Yo me sentí complacido y descargado, entramos los tres a casa como esperando algo que ninguno espera, sentíame menos frágil y notable en mi soledad; era demasiado tarde y comprendí que mi papel consistía en desaparecer, y entonces caí dormido profundamente sobre algunos muebles cómodos y tranquilos, y dejé que lo demás sucediera naturalmente solo.

A obscuras en la habitación empece a discernir los sonidos correspondientes a las caricias desenfrenadas de una pasión ilimitada y cuando mis percepción visual acostúmbrose a la obscuridad... las siluetas de piel se revelaron sutilmente a mi.. vi como esta rubia atrevida y maleducada besaba fúricamente a mi amiga, vi su gesto de pasión, su ropa deslizándose por su cuerpo, su sudor bañando las sensaciones de los tres, que de alguna manera conectados en excitación; a nuestra manera cada uno hacía el amor.

Escondido entre la frazada que me abrigaba traté de moverme lo menos posible, y atrapado entre mi quietud sentí como humedecía mi ropa al verles a ellas danzando entre el calor y el rojo carmesí del frenesí
la ventana dejaba pasar un leve haz de luz nocturna que de vez en vez alumbraba curvas especificas que construian el panorama general en mi cabeza.
Imaginé, me di esa libertad, sus pieles tan suaves y jóvenes erizándose al contacto, sus humedades combinándose en un ritual sacrílego de placer...

Luego tratar de percibir sonidos fue inútil, ya que estos saltaban por todas partes y en todas direcciones en la habitación, mi presencia en sus cabezas había sido anulada, la libertad de sus movimientos era una criatura autónoma que se movía bruscamente bajo las aguas de la lujuria y el placer.
Vi entre sombras cada vez más placer, más movimiento, más humedad, una humedad explosiva que salpicábame aun en mi escondite, pudo mi lengua saborear una gota de su combinado sudor
pudieron mis ojos ver sus lenguas penetrar sus bocas, sus labios, sus manos tocar sus senos y sus labios succionar sus pezones. 

En un avance mutuo de metodo sexual pude ver las contracciones de dos orgasmos reales o muy bien fingidos, las explosiones fuertes y sutiles de sus órganos sexuales, pude ver sus cuerpos como poco a poco agotados por el calor y el esfuerzo, quedarse suavemente dormidos uno sobre otro, pude ver esas nalgas rubias y foráneas encima de el cuerpo blanco de mi amiga Bukowski y sus gestos sonrientes típicos después de una descarga magna de emoción.



Nunca supieron o quisieron confirmar si yo sabía esto, que hasta hoy, es la primera vez que relato.


sábado, octubre 29, 2011

Finalmente sin saber cómo, llegó a casa..

Vaya.. que intensa noche, que intensa fiesta, que intensa mujer, a veces uno ya ni cuenta se da de como transcurren las cosas, los estadios de la noche, sus escenarios, sus colores, uno va perdiendo la consciencia entre tanta sustancia y se hace evidente un estado físicamente muy precario, sin embargo, internamente muy poderoso, y aunque nadie crea que un hombre ebrio navegando las calles lleva en su interior el entendimiento total del universo y su manera de trabajar, puedo sentir dentro como se transporta la respuesta a la gran pregunta innata de cualquier humano, pero aunque a todos les importa a nadie le interesa, y entonces todos me ven como un ser vulnerable y desvalido, en todo caso precario y en la inopia, ni siquiera los animales pueden percibir este sentir interno, imagino que las sustancias han bloqueado la capacidad del corazón de hacer externo eso que contiene, entonces mi corazón no habla, sino mi hígado, repleto de alcohol, habla mi sistema nervioso, más nervioso que nunca, habla mi ritmo cardíaco, más cardíaco que nunca, los animales en cambio si perciben esta sensación de inhumanidad, y atacan, tratan de destruir ese ser que camina pero no vive, ese ser que se mueve pero no lleva ningún camino, su instinto les lleva a acabar a mordiscos este ente que no luce amenazante, pero tampoco nada confiable, atacan, muerden, gruñen, con ira, con odio, veo en sus ojos la necesidad incesante de cumplir su función heroica, como rinoceronte que destruye incendios, esta jauría quiere destruir la inconsciencia que atrapa la consciencia, que le compunge y mi cuerpo es esa cárcel, escapo, lucho, corro, o eso intento hacer, mis carnes tambalean asustadas, inundadas de adrenalina disfuncional producto de los productos, de la mercancía, a uno lo ven correr y nadie tiene idea de hacía donde se dirigen mis pasos, porque tampoco llevan ninguna dirección, se cruzan el uno al otro, se tropiezan y trastabillan, pero cumplen la urgente necesidad de largarse a correr, uno de los animales ha capturado mi calzado derecho, luego del escape me percato del frío penetrante que a abalanza sobre mis dedos, he escapado pero el ambiente no deja de atacarme, cada mirada posada sobre mi lleva consigo un desprecio decepcionante, una lástima repugnante, todos se entristecen, se burlan, se burlan entristecidos, pero yo sigo maravillado por las verdades inimaginables que surgen en el revoltijo de alma que me mueve y asustado por la constante gana de mi entorno por arruinarme lo que queda de noche, arribo a una zona luminosa y poblada, más poblada almenos que las desoladas calles de antes, necesito relevar a mis pies con un transporte menos agotador, y pensando en esto ahí parado haciendo sombra entre la luz se me acerca un hombre desabrido y sucio quien ofrece cierta cantidad de dinero por mi zapato izquierdo, unos jóvenes que pernoctaban cerca se dan cuenta del absurdo y ríen descarados, como con ganas de ver en que termina esta ilógica situación, el personaje insiste en la compra de mi zapato, yo no respondo nada, estoy absorto, sin saber que sucede, el hombre sucio aumenta su oferta proponiéndome como parte de pago, dejarme también los zapatos que el usa. Esto huele mal, es otro ataque sistemático del entorno en mi contra, me convenzo de ello, entonces.. sucede; el hombre ahora me amenaza, y dice que ira a mear, y en cuanto vuelva vaciará mis bolsillos de cualquier pertenencia, dice que jamás he visto lo que es carácter, trato de imaginarle algún sentido a todo esto, peor comprendo entonces que no lo tiene, de nuevo a codos contra la situación, tambalear para escapar, miro como pidiendo ayuda a los jóvenes quienes ahora tenían un gesto más dramático frente a la escena, sin embargo, conservaban su posición inactiva de espectadores, nada que hacer, la miseria era lo único que les inspiraba yo, ergo a ninguno de ellos les interesaba lo que pudiera pasarme, ¿que había para perder?

Y este pequeño hombre deplorable y miserable cae en la trampa de un astuto y experimentado caminante nocturno y negociante de la calle, avanza hacía la dirección de la que ha llegado, se torna obscuro el lugar en donde ahora está, y como milagrosamente un taxi atiende su desesperado llamado ..